Un modo concreto de vivir la sinodalidad en nuestra Provincia es la misión compartida. Allí religiosos, laicas y laicos vivimos nuestra común vocación cristiana convocados por la misión de anunciar a Jesús y el Reino.
En palabras de san Antonio María Claret, la misión compartida es hacer con otros la misión evangelizadora. Allí se recrea la comunión en la diversidad de vocaciones y ministerios que el Espíritu suscita en nuestra Iglesia.
La misión compartida, como tal, es compromiso activo y testimonio de una fraternidad universal en los diversos ministerios que ejercitamos como Misioneros Claretianos.