Definiciones para la misión

A lo largo de la historia, hubieron muchas maneras de decirnos claretianos. Esto, que en principio puede sonar como una discontinuidad con el origen, es un modo de descubrirnos partícipes de los signos de los tiempos y lugares donde el carisma puso sus bases.

Cabe decir, sin embargo, que la vigencia de algunos principios organizadores de la vida se han ido confirmando a lo largo del tiempo. A estos principios los podemos comprender como pilares que definen la misión claretiana y nos hacen estar en común con misioneros en distintas partes del mundo.

A partir de la tradición congregacional, afirmamos entonces que una misión es claretiana cuando responde a lo más urgente, oportuno y eficaz de los lugares donde somos llamados a ser Pueblo. Estas inspiraciones nacen de ver a san Antonio María Claret como un solícito oyente del evangelio y desde su sensibilidad entendemos que…

…en lo urgente, es necesaria la atención, porque en Claret, la urgencia fue sinónimo de disponibilidad y apertura. Allí ejercitó la atención como un medio para centrar la mirada y percibir lo que era la necesidad de Dios en la vida del mundo. Dicho esto, la atención define hacia dónde van nuestros esfuerzos misioneros.

…en lo oportuno, es necesario el discernimiento, porque Claret forjó su misión en gestos oportunos según las necesidades de su gente y de su tiempo. Gracias al discernimiento, siempre centrado en la Palabra, expandió su mirada y procuró la felicidad de los demás.

…en lo eficaz, es necesario despertar la creatividad, porque para Claret, la eficacia del amor a Dios y al prójimo eran vividos como un único amor capaz de transformarlo todo. Por ello, se sirvió de su creatividad para dar respuestas acordes a ese amor y así provocar encuentros de Vida.

Accede a los recursos descargables AQUÍ