La solidaridad, el acompañamiento y la espiritualidad se hacen más fuertes en Yhu durante este tiempo de pandemia

La comunidad de Yhu ha vivido una solidaridad muy activa durante este tiempo de pandemia. En días en que la incertidumbre sanitaria, económica y social nos ha afectado, la intensidad de las acciones hacia los hermanos más necesitados se ha intensificado en esta zona rural del Paraguay.
Entre ellas destaca la entrega de kits de alimentos enviados por la Gobernación de Caaguazú, y otras donaciones de hermanos y hermanas de las comunidades rurales, además de las “ollas populares” que han realizado varios grupos solidarios en distintas zonas.
Las Misioneras de la Institución Claretiana han estado acompañando a familias muy pobres y comunidades indígenas, con proyectos de promoción humana para ayudar a mejorar sus situaciones de vida. Han llevado a cabo varias “ollas populares”, huertas comunitarias, pozos de agua, entre otros. Los Misioneros Claretianos por supuesto colaboran en estos proyectos, procurando un trabajo en misión compartida.
Aunque las celebraciones de Misas con asistencia de los feligreses se encuentran con comprensibles restricciones desde el inicio de la cuarentena, no se han suspendido ni Yhu ni en Vaquería, orando por todo el pueblo y por esta situación que aqueja al mundo, animando e invitando a estar unidos en la oración desde las casas.
Los jóvenes de distintas comunidades, como el equipo de Pastoral Juvenil Vocacional en Familia Claretiana (PJVFC), han estado en contacto con los referentes de manera virtual, y se han preparado y elaborado materiales para la celebración de la Pascua Joven Virtual, como así también el Pentecostés. En algunos lugares se han reunido en pequeños grupos, cuidando los protocolos de salud y ha sido una linda experiencia.
Con los catequistas, ante esta situación y las restricciones, se ha decidido seguir evangelizando, aunque no sea de manera sistemática pero sí realizando acciones de solidaridad y utilizando los medios de comunicación que están al alcance, tratando de tomar contacto con las familias de los catequizandos, porque la evangelización no puede suspenderse. Se debe buscar la manera, en la medida de lo posible, de seguir anunciando a Jesús.
En la comunidad se sigue compartiendo la Eucaristía diaria, y otros momentos comunitarios como la lectura orante y días de retiro. En el retiro de mayo se ha tenido muy presente a María, como un rasgo muy característico de la espiritualidad claretiana.