La historia
Es llamada “La Docta” por ser desde antiguo un centro cultural importante. Hoy día, además, es un polo industrial, financiero, comercial, turístico y religioso de primer orden.
Córdoba es la ciudad más poblada y extensa después de Buenos Aires y se ubica en las márgenes del río Suquía, en el centro del país. Varios cauces menores la cruzan, entre ellos el de La Cañada, allí donde asustó al Chanco Rodríguez “el fantasma de la famosa Pelada”.
Allá por 1573 la fundó don Jerónimo Luis de Cabrera, un sevillano entrador al frente de sus filibusteros, posesionándose de la tierra de los Comechingones, y 40 años después ya contaba con una universidad. El fundador le puso por nombre Córdoba de la Nueva Andalucía.
En dos ocasiones ha sido declarada capital de la nación: la primera vez cuando en 1806 los ingleses fueron a meter sus narices en Buenos Aires, y la segunda cuando en 1955 un golpe militar puso fin al primer gobierno del general Juan Domingo Perón.
Ciudad cosmopolita, de fuerte crecimiento poblacional, cuenta con una apasionante historia ciudadana que sería largo de presentar.
Presencia claretiana
Desde luego que por su ubicación geográfica, su importancia, su oferta de amplios campos apostólicos, Córdoba llamó la atención de los claretianos poco después de su llegada al país. En 1906 el obispo franciscano Zenón Bustos y Ferreyra, quien iniciaba su labor de pastor que desempeñaría por 20 años, logró un acuerdo con el P. Zacarías Iglesias. El obispo autorizaba a establecer comunidad de misioneros en uno de los poblados cercanos a la ciudad: San Vicente, que por entonces era un lugar apacible, semi campestre, y que pronto quedaría incorporado a la ciudad como uno de los barrios más populosos y en fuerte proceso de desarrollo industrial.
La gente de San Vicente ha sido también libertaria. Tanto así, que en 1932, en una disputa con el señor gobernador de la provincia, se declararon por un tiempo como “república de San Vicente”, creando una bandera propia y eligiendo a sus autoridades.
Dos años estuvieron allí los misioneros y en julio de 1908 se trasladaron al barrio de Alta Córdoba donde inauguraron capilla y empezaron los afanes de la construcción del futuro templo que sería inaugurado en 1927. La torre gótica del templo que hoy se puede observar como típica de esta casa claretiana data de fines de la década del 40; en cambio, la “turris davidica” que es parte del colegio ha sido el punto de referencia de la escuela para niños que se abrió en 1910.
Con los años el templo al Corazón de María fue declarado parroquia y permaneció como posición claretiana por muchos años. Actualmente la parroquia es llevada por el clero secular.
Otras comunidades que tuvieron corta vida se abrieron también en la diócesis de Córdoba.
Una de ellas fue en Trásito de San Alberto, fundación lograda por la intervención del Cura Gabriel Brochero, verdadero apóstol gaucho de las serranías cordobesas. Cinco años permaneció esa comunidad que finalizó su tarea en 1912 por desacuerdo con las monjas dueñas del predio, del párroco del lugar, sucesor del Cura Brochero y de otras instancias ajenas totalmente al sentir del pueblo serrano y de los propios claretianos.
Otra comunidad que apenas duró dos años fue la fundada en La Rioja, cuyo territorio pertenecía al obispado cordobés. En 1911 quedó suprimida aunque la región siguió siendo misionada por la comunidad de Alta Córdoba.
Villa Claret-Los Boulevares.
Las incomodidades que iban resultando del crecimiento numérico de vocaciones hizo que el gobierno provincial decidiera separar postulantado y noviciado que estaban establecidos en la comunidad de Villa del Rosario.
La Quinta Pistarini, en el barrio Los Boulevares de Córdoba, un predio repleto de arboledas y tierra de labranza en una zona de la ciudad que empezaba su crecimiento urbano, fue la solución. La Quinta fue adquirida, ampliada por compras posteriores en el vecindario y así nació Villa Claret: un espacio abierto, saludable, con un tinte bucólico por su verdor, donde en 1940 llegó a instalarse el noviciado. Dos años después el noviciado pasaría a Chascomús y a Villa Claret llegarían los estudiantes de filosofía y teología.
En 1951 la misma avenida que pasaba frente a la casa formativa, gracias a gestiones del Dr. Pardina, amigo de la comunidad, fue bautizada en solemne ceremonia como Avenida Padre Claret.
En 1952, Villa Claret se convertía en un centro internacional ya que estudiaban allí la teología, 31 seminaristas argentinos, 11 chilenos, 9 españoles, 4 bolivianos y 2 peruanos. La comunidad, en sección aparte contaba además con 31 estudiantes de filosofía. El claustro académico tenía 12 sacerdotes y apoyaban la labor 5 hermanos coadjutores.
Los tiempos fueron cambiando. Las vocaciones fueron disminuyendo. En 1966 la posibilidad de establecer un nuevo centro formativo en los terrenos donados en Chataeau Carreras abrió nuevas expectativas que terminaron muy pronto al ser expropiados esos terrenos. Villa Claret empezó una serie de transformaciones ubicando en su sede a seminaristas menores y los estudiantes iniciaban otro tipo de comunidad al adquirirse casa y predio en el Boulevard Los Alemanes, en 1968. La casa se llamó Los Peregrinos.
Villa Claret fue parcelado, vendida buena parte de su territorio, reacomodado en su diseño original para nuevas instalaciones, arrendada otra parte del edificio principal, y creado el CEFyT.
Los Peregrinos.
En 1968, en el mismo barrio de Los Boulevares, se adquirió casa y predio que de inmediato empezó a sufrir transformaciones constantes en su organización comunitaria: primeramente fue sede de los estudiantes, poco después casa para los profesores y biblioteca, más tarde se instalaron allí los seminaristas menores hasta 1983. Después casa de los pre-novicios.
Dirección:
PRENOVICIADO “LOS PEREGRINOS”
Bv. Los Alemanes 5445
Bº Los Boulevares
Casilla 76 – Sucursal 9
5009 – Córdoba – Argentina
Tel. (54) 03543 42 2455
Fax: 03543 42 8042
web: www.peregrinoscmf.blogspot.com
Misioneros Claretianos:



Muchos cariños para el recordado misionero. hermano Bernardo, por donde pasa deja huellas igual que Jesús. Misionero de corazón ardiente, lo extrañamos , igual los chicos de la cárcel.
un abrazo fraterno…
Teté
Quiziera misionar